martes, 30 de septiembre de 2008

Madrid Centro Y SUS BARRIOS

La segunda mitad del siglo XIX fue el escenario en el que la capital liberal fue conformándose en capital del capital español. La creación de la Bolsa en 1831 y la Ley de Sociedades de Crédito de 1855 fueron los dos antecedentes inmediatos de dicho proceso. Ley íntimamente asociada a las necesidades de financiación de la red ferroviaria y de los crónicos déficits de la Hacienda Pública. Nacieron así, con importante participación del capital extranjero, fundamentalmente francés, el Crédito Mobiliario Español, la Sociedad Mercantil e Industrial y la Sociedad Comercial de Crédito. Primeros pasos en la constitución de un sistema financiero y bancario moderno, que se insertó en la economía de la capital. Sistema financiero que creció en años posteriores con la fundación del Banco Hipotecario o del Banco de Castilla, durante el Sexenio Democrático. En este proceso desempeñaron un papel protagonista los capitales de origen antillano. En 1844 el santanderino Juan Manuel de Manzanedo, comerciante en La Habana se instaló en Madrid con un capital de 50 millones de reales, posteriormente fue ennoblecido con los títulos de marqués de Manzanedo y duque de Santoña. En las mismas fechas el recién ennoblecido conde de Bagaes, propietario de un ingenio azucarero, fundó la Banca Pastor.

Estos antecedentes prefiguraron la transición de la capital liberal a la capital del capital español que sentó las bases de un moderno sistema financiero con epicentro en Madrid en el tránsito del siglo XIX al siglo XX. Fue el momento de constitución de una auténtica banca nacional, intermediaria financiera principal del sistema económico español. Dos fechas marcaron este proceso, 1898 con la pérdida de las últimas colonias y la consecuente repatriación de los capitales de ultramar, y 1914 con la acumulación de capitales propiciada por las favorables circunstancias económicas abiertas por estallido de la primera guerra mundial. La Ley de Ordenación Bancaria de 1921 favoreció la consolidación del sistema financiero español al dificultar las actividades de la banca extranjera. Madrid fue la ciudad que más se benefició de la nacionalización bancaria. En 1922 existían en la capital 17 bancos, once de ellos constituidos después de 1915, entre los que se encontraban los mayores del país, aparte del Banco de España, destacaban el Hispano Americano, el Central, el Banesto, el Urquijo y el Hipotecario. En Madrid se concentraba en 1992 alrededor del 40 por ciento de los recursos de la banca nacional, 315,7 millones de pesetas sobre un capital desembolsado total de 771,8 millones. Igualmente, del 40 al 50 por ciento de las sociedades anónimas constituidas entre 1900 y 1930 tenían su sede en Madrid. Sistema financiero que trascendía los límites de la capital para extenderse a lo largo y ancho de España, a través de un sistema de sucursales que aseguran la vinculación entre la capital de los servicios y los principales centros económicos del país.

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